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miércoles, 18 de febrero de 2015

El Patio de los Leones

El Patio de los Leones pertenece a la Alhambra de Granada, que se construyó durante el periodo del Arte Nazarí, en el siglo XIV. 
Las obras arquitectónicas del arte musulmán no se caracterizan por el deseo de su permanencia en el tiempo; al contrario, se reutilizaban elementos de otras construcciones o se utilizaban materiales pobres, como ladrillo, yeso o escayola en lugar de piedra, para poder construir a la máxima velocidad posible. La riqueza de este arte radica en su decoración, y en especial la del arte Nazarí es muy rica, dado que es un símbolo de la prosperidad económica y cultural de la ciudad de Granada. 
El Patio de los leones es un patio porticado en forma de cruz que distribuye las diferentes estancias del palacio. Podemos encontrar elementos característicos de todo el arte hispanomusulmán, como es la utilización de la decoración epigráfica (versos del Corán) y ataurique (elementos vegetales), dado que la religión islámica es iconoclasta y no permite la representación de figuras humanas. Además también podemos apreciar el horror vacui de las paredes, en los pilares entre los arcos y los capiteles de las columnas.


Los arcos que se utilizan son muy variados. Algunos tienen mucha luz y son y de medio punto, otros son muy estrechos y tienen un gran peralte (el arco no arranca desde el capitel de las columnas, sino que está elevado) y otros tienen decoración de mocárabes propios del arte nazarí (elementos decorativos que imitan estalactitas con formas geométricas) y arcos festoneados, con muchos y pequeños polilóbulos en el intradós, (parte interior del arco). Las columnas también tiene la forma típica nazarí: son muy finas, tienen varios collarinos en la parte superior, los capiteles tienen forma cúbica con decoraciones epigráficas y están dispuestas de una en una y de dos en dos, (geminadas). Encima de los arcos hay una decoración de rombos con los lados polilobulados, que recuerdan los paños de sebka que se encuentran en las construcciones almohades.


Las cubiertas son planas y están formadas por vigas de madera a dos aguas, recubiertas de tejas hacia el exterior. 
Las paredes de detrás del pórtico también tienen la decoración típica nazarí. La parte superior del muro está recubierta de estuco (una pasta de mármol y cal), con decoración de ataurique, epigráfica y de lacería (con elementos geométricos). Y la parte inferior esta recubierta de cerámica vidriada mediante la técnica del alicatado, con decoración de lacería y formas poligonales. 
En el centro del patio encontramos las famosa fuente circular rodeada de doce leones de mármol. 

sábado, 13 de diciembre de 2014

Basílica de San Marcos en Venecia



La basílica comenzó a construirse en el siglo XI, por lo que pertenece al arte medieval. Pero a pesar de las mezclas y fusiones de estilos que la caracterizan, pertenece al arte Bizantino, estilo artístico que nace en la Edad Antigua.

El arte bizantino se divide en tres Edades de Oro, la primera es la de mayor esplendor, protagonizada por el emperador Justiniano. La basílica de San Marcos pertenece a la Segunda Edad de Oro, (siglos IX-XII). La ciudad de Venecia se incorporó al Imperio Bizantino buscando protección de los francos en el año 887. Bajo el dominio bizantino, la ciudad portuaria se convirtió en la principal ciudad comercial del Imperio, llegando a controlar el comercio marítimo de Bizancio.

En el año 832 se construyó un santuario dedicado a San Marcos, patrón de Venecia, para guardar sus reliquias, pero esta ardió. En el año 1063 se comenzó a construir la que conocemos hoy, inspirada en los modelos de la basílica de los Santos Apóstoles, Santa Sofía y Santa Irene. Esta basílica es un gran ejemplo de arquitectura bizantina, dado que se utilizaron elementos y habitáculos típicos del arte bizantino y elementos nuevos característicos de la Segunda Edad de Oro.

San Marcos tiene una planta central de cruz griega, con una cúpula sobre cada nave. La entrada está en la zona occidental, da a la Plaza de San Marcos, y la cabecera se orienta hacia el este.

Siguiendo las bases del arte bizantino, el elemento sustentado principal son las cúpulas y las bóvedas de cañón. Las cinco cúpulas de San Marcos se sitúan coronando los brazos de la cruz, cada cúpula esta sustentada por cuatro pilares conectados por arcos de medio punto, sostenidos por columnas. La planta de cruz griega permite que el peso de la cúpula grande caiga hacia los lados y escalona las fuerzas de presión. Estas cúpulas se sitúan sobre pechinas, (triángulos cóncavos al interior convexos al exterior, y permiten la transición de un espacio cuadrado a uno redondo), elemento introducido en la arquitectura por los bizantinos.


Tres de los brazos de la basílica tienen una nave transversal, un nartex, (recubierto de mármol policromado y mosaicos y coronado con seis pequeñas cúpulas), que modifican la planta central. Pero el brazo oriental consta de una cabecera semicircular, y está delimitado por el iconostasio, (coronado por las estatuas de los doce Apóstoles, San Juan y la Virgen), que separa el transepto del presbiterio. El interior de la basílica se dividía en dos niveles, la planta superior se denominada matroneum, destinado a las mujeres y decorado con columnas y arcos, las cuales han desaparecido.

El interior de la basílica está iluminado por las linternas de las cúpulas. La decoración interior es un gran ejemplo de decoración bizantina, dado que el elemento principal es el mosaico típicos bizantino, por lo que predominan los fondos dorados. Las cúpulas por dentro, las bóvedas y las paredes están recubiertas por mosaicos, (opus tesselatum), de resplandecientes teselas de vidrio polícromo y oro, llegando a recubrir 8.000 metros cuadrados. En la entrada se representan escenas del Nuevo Testamento, en los muros hay escenas de las vidas de santos, en el atrio escenas del Génesis y el Éxodo y encontramos la Cúpula de los Profetas, la Cúpula de la Ascensión y la Cúpula de Pentecostés. Donde no hay mosaicos, la piedra está revestida con valiosos mármoles de colores.

La decoración exterior se hizo con alabastro y mármol, con mosaicos en los lunetos, (bovedillas en forma de media luna abiertas en la bóveda principal para permitir la entrada de luz), arcadas bizantinas y columnas con distinta ornamentación, dependiendo de la época en la que se añadieran al templo.
La fachada de la basílica tiene cinco pórticos de acceso con arcos de medio punto, decorados con mosaicos que representan el traslado del cuerpo de san Marcos, de los cuales el central es el más grande, y las cinco arcadas superiores están rematadas con agujas y volutas. Las puertas están hechas de bronce bizantino.